Por Benjamín Porras.
Siempre que pienso en este concepto me viene a la mente un compañero del instituto. Para no vulnerar su privacidad, le podemos llamar J.C. Este muchacho, J.C., tenía un registro histórico. Su récord consistía en el mayor número de 0 consecutivos jamás registrados en la trayectoria del centro.
Probablemente estas notas hablan poco de su capacidad real. Simplemente, no parecía demasiado interesado en lo académico. De hecho, nunca se mostró alicaído o decepcionado. Y fíjate que J.C. es el ejemplo perfecto de la existencia de las inteligencias múltiples. Es posible que no gozase de una facilidad brillante para aprender nuevos conceptos o superar con acierto los exámenes, ¿Quién sabe?. Ahora bien, compensaba con creces esa carencia con otra habilidad en la que nadie le hacía la más mínima sombra.
J.C. era un artista de las relaciones interpersonales. El muchacho al que todo el mundo se acercaba puesto que tenía el don de llenar de luz los lugares por los que pasaba. Todo el mundo lo elegía el primero en su equipo. Cada año le escogíamos por unanimidad como delegado de clase. No había foto de la revista mensual en la que no apareciese. Ni profesor al que no le cayese bien.
J.C. era un superdotado de la Inteligencia Social. No sé si era la persona más empática del mundo, sin embargo disponía de una destreza social para mimetizarse en cualquier ambiente, ante cualquier perfil de personalidad, y ante cualquier contexto.
La Gestión de Conflictos tiene mucho que ver con la destreza social.
Pero, ¿cómo podríamos tejer una destreza social similar a la de J.C.? A continuación van algunas claves que nos pueden ayudar a potenciar esta habilidad indispensable para el trabajo en equipo y para la calidad de nuestras relaciones.
• Exígete comprender al otro antes de exigir al otro que te comprenda a ti. Todo el mundo sabe hablar, hasta un mono habla. Ahora bien, escuchar requiere una curiosidad y una atención que nos obliga a ir más allá de la mera inercia.
• Cuando escuchamos empáticamente nos damos la oportunidad de comprender y sentirnos tocados por lo que nuestro interlocutor nos cuenta.
• Escuchar nos ofrece la posibilidad de obtener información sobre el estado emocional, y las características personales del otro.
• Cuando Calibramos a nuestro interlocutor, podemos acompasarnos con él. Simplemente dejamos que nuestra comunicación se mimetice, sin perder nuestra esencia, a su estilo de comunicación. Este es un proceso que debe transcurrir de modo genuino, sin ficciones, ni esfuerzo. Del mismo modo que cuando viajamos a un país extranjero se nos adhiere en mayor o menor medida el acento del lugar.
• Sólo cuando nos acompasamos podemos liderar a esa persona hacia un estado óptimo en el que la comunicación fluya libremente. A este flujo confortable le llamamos rapport.
• Cuando creamos ese rapport las personas nos comprendemos. La comunicación requiere menos esfuerzo, y la conversación toma un sendero de conciliación y conexión. Así ocurre de manera inconsciente en todas nuestras relaciones profesionales y afectivas. ¿Cómo si no crees que aquel vendedor logró que te quedaras con aquel producto del que estás tratando de deshacerte en wallapop?
Espero que puedas practicar estos TIPS en tus interacciones personales a partir de hoy. Toda habilidad que se pretende adquirir requiere horas de vuelo y tiempo de práctica, pero te garantizo que el ser humano tiene en su base una naturaleza social, y por ende, dispones de todos los recursos necesarios para elevar la calidad de tus relaciones.