Por Francisco Torres Quintanar. Colaborador de La Salle International Graduate School of Business

Una de las preguntas recurrentes con las que me encuentro es la definición de creatividad e innovación y encontrar las diferencias entre ambas.  Me gustaría emplear una metáfora para explicarlo.

En cualquier empresa nos encontramos con la fórmula:

MATERIA PRIMA + PROCESO = PRODUCTO/SERVICIO  FINAL.

Si hacemos un paralelismo con la Creatividad e Innovación:

CREATIVIDAD + INNOVACIÓN = PRODUCTO/SERVICIO INNOVADOR

1. Comencemos por el Producto Final. Es  importante recordar, ante todo, que en Innovación el “producto final” puede ser un nuevo producto o servicio, un nuevo modelo de negocio o una combinación de ambos.

Aunque, aparentemente es la consecuencia, en realidad es el primer paso, pues la Creatividad y la Innovación están para cumplir un objetivo, satisfacer necesidades.

Debe cumplir las tres siguientes premisas: Novedoso, Valioso y Útil (NVU).  Novedoso (en mayor o menor grado), Valioso, porque aporta valor (satisface unas necesidades) y Útil (el valor tiene que ser reconocido por el cliente). Y se deben dar necesariamente las tres.

–   Si es Novedoso, pero no aporta Valor ni es Útil, se queda en uno de los muchos “inventos” que no llegan a comercializarse.

–   Si es Novedoso y  aporta Valor pero no es reconocido como Útil, porque satisface una necesidad que el cliente no percibe: se “adelantan” a las necesidades del mercado. Podemos utilizar campañas de marketing para promocionar este producto novedoso. Pueden funcionar, porque la necesidad estaba latente, o no. Es el viejo dilema de si podemos “crear” necesidades nuevas.   Algunos ellos son reconocidos en el futuro y llegan a comercializarse y otros no porque surgen nuevos productos que satisfacen mejor esas necesidades.

–   Si es poco o nada Novedoso, pero aporta Valor y es Reconocido, tendremos, sencillamente, un producto o servicio  “tradicional”. Y eso no está mal, porque uno de los mitos de la innovación es que todo tiene que ser necesariamente muy “creativo”, lo que se conoce como innovación disruptiva o radical. Y eso, no sólo no es posible, sino que puede no ser aconsejable e incluso perjudicial para la organización.

2. Continuamos con la Materia Prima. Una vea definido el producto final, buscaremos  la materia prima necesaria. Como conocemos nuestro sector, investigaremos entre los proveedores. A veces lo encontraremos rápidamente y, en otras ocasiones,  si el producto es muy novedoso, puede que no encontremos ninguno y tengamos que llegar a acuerdos para crearla. Y, aunque no es frecuente, puede ocurrir que un proveedor tenga una materia prima que nos dé una idea para otro producto diferente.

La Creatividad consiste en la búsqueda y generación de Ideas. Para buscarlas, también tenemos que conocer nuestro sector. Esta es una de las reglas de la creatividad, somos creativos en lo que conocemos. Puede que la idea innovadora -siguiendo con la metáfora- surja de inmediato, o que no la encontremos y tengamos que esforzarnos en su búsqueda o que incluso tengamos “fabricarla”. A veces, buscando una idea para un producto descubrimos por casualidad una nueva idea para otro fin (serendipia). En cualquier caso, estamos hablando de utilizar nuestros conocimientos y experiencia y técnicas de creatividad. Y es que la Creatividad es un Proceso. Y digo Proceso, porque un segundo mito, consiste en considerar la Creatividad como la generación de una idea brillante, de manera espontánea. Y esto puede ser así, pero es la excepción. Como todos sabemos, podemos desarrollarla, pero lleva tiempo y esfuerzo.

3. Una vez disponible la materia prima, se lleva a la “fábrica”  y se pone en marcha el Proceso de diseño,  fabricación y comercialización del nuevo producto/servicio.  Interviene toda la compañía y requiere tecnología y know-how en diferentes grados.

El proceso de Innovación supone transformar la idea original en el producto final y esto es laborioso y lleva tiempo. Es célebre el caso de Georges de Mestral, el inventor del  Velcro. Descubrió la idea por casualidad pero tardó varios años de investigación y desarrollo hasta que se transformó en un producto de éxito.  Según la famosa cita de Einstein, el genio es  1% de inspiración y 99% de transpiración.

Como conclusiones:

Si para tener un producto/servicio de calidad necesitamos, necesariamente, una materia prima y unos procesos de calidad, podemos deducir que:

–   De nada sirve ser Creativos si la compañía no tiene el proceso de Innovación adecuado. ¿Cuántas magníficas ideas se quedan en los cajones porque la empresa no está preparada para transformarlas en productos/servicios innovadores?

–   Podemos tener un buen proceso de Innovación, pero si no surgen buenas ideas, obtendremos productos finales poco innovadores.

La Creatividad es la materia prima y parte imprescindible del Proceso de Innovación. Cualquier compañía que quiera ser realmente innovadora debe cuidar todo el proceso, desde la generación de ideas hasta su lanzamiento y mantenimiento en el mercado.