Por el experto Ignacio Belinchon.
Hace más de veinte años, VitalSmarts llegó a la conclusión de que la salud de las relaciones, los equipos y las organizaciones depende del tiempo medio de retraso entre la identificación y la discusión de los problemas. Nunca se imaginaron que la referencia a la “salud” se volvería tan literal.
En los próximos días, los líderes tendrán el reto de reiniciar sus operaciones durante una “nueva normalidad”. Este será el período de tiempo entre un retorno a una interacción social más estrecha y la disponibilidad de una vacuna. Ésta “nueva normalidad” abarcará al menos un año aunque podría ser más largo si la vacuna tiene una eficacia o distribución limitada.
Los líderes tendrán el desafío de desarrollar culturas resistentes a COVID.
En una investigación reciente se solicitó a 3.000 personas que identificaran cómo se adaptarán sus organizaciones para sobrevivir en los próximos meses. Los principales resultados arrojaron lo siguiente
- Priorizar el gasto —incluyendo detener o iniciar grandes proyectos
- Repensar productos y servicios
- Vender de otra manera y captar nuevos clientes
- Reorganizar roles y equipos (incluyendo despidos y jubilaciones)
- Hacer las cosas y administrar el rendimiento de manera virtual
Habiendo establecido éstas pautas, se pasó a preguntar qué tipo de comportamiento determinará la velocidad de los cambios.
“¿Cuánto tiempo crees que tomará llegar a un acuerdo real sobre las decisiones valientes que se deben tomar?” Cerca de la mitad dijo que tomaría 4 meses o más. El doce por ciento lamentaba que sería más de un año. El seis por ciento predijo que nunca habría acuerdo sobre medidas críticas para la supervivencia. Las mayores barreras no eran los déficits intelectuales ni la escasez de recursos. Las razones para el tiempo de retraso incluyen: Desconfianza, Preocupaciones sobre la pérdida de poder, Antecedentes de conflicto, Preocupaciones sobre la seguridad laboral y el Ego.
Cuando se les preguntó: “¿Con qué rapidez se tomarían estas decisiones valientes si la gente fuera completamente franca y transparente?” 73 por ciento predijo que llevaría menos de un mes. Y sólo el 4 por ciento esperaba que tardara más de cuatro meses en hacerlo. Nuestra mayor amenaza no es la falta de competencia. Es una falta de franqueza.
El silencio es el sustrato sobre el que se propaga la enfermedad organizativa. Ahora es el momento de tomar medidas decisivas para cerrar COVID—19, y amenazas futuras similares, en su organización al transitar hacia una cultura adaptativa. Una “cultura adaptativa a las amenazas” es aquella en la que las decisiones cruciales se toman rápidamente y se implementan sin problemas.
Una de nuestras recomendaciones es reforzar y entrenar a nuestras personas en Conversaciones cruciales. Debemos erradicar las creencias morbosas de que el poder supera la verdad y que la supervivencia profesional significa elegir entre honestidad y lealtad. Llevamos décadas de evidencia de que el silencio arrastra el rendimiento de innumerables maneras:
- Retrasa las decisiones
- Anula el compromiso.
- Aumenta los costes
Los empleados deben saber que pueden decir cualquier cosa a cualquier persona en cualquier momento si eso es importante para la organización. Así, la velocidad en nuestras organizaciones se multiplicará exponencialmente.
Las decisiones valientes exigen un diálogo sincero. La ejecución rápida requiere una aceptación real. En un mundo laboral cada vez más virtual, las decisiones se vuelven más selectivas. Cuando los gerentes tienen una visibilidad limitada de la acción diaria, la resistencia pasiva tiene un potencial de crecimiento infinito. Ahora, más que nunca, los líderes necesitan compromiso más que cumplimiento. Deben ser hábiles en la utilización de los tres ingredientes de las “decisiones H2” (la combinación de alta implicación y alta velocidad). Estas decisiones incluyen conversaciones cruciales sobre: Derechos de las decisiones: ¿es esto una decisión de la Gerencia, consulta, consenso o votación? Límites: ¿Qué plazos tenemos para la deliberación? Partes interesadas: ¿Quién es la clave para hacerlo bien y hacerlo?
En unos meses habrá dos tipos de organizaciones: la rápida y la muerta. No te adaptarás con velocidad hasta y a menos que tu equipo suba a nuevos niveles de franqueza. Pero si lo haces, te posicionarás no sólo para sobrevivir, sino para soportar el éxito. Construirás una cultura adaptativa a amenazas que será capaz de afrontar desafíos futuros.
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