Por Maryam Varela. Experta de Inteligencia Emocional de La Salle IGS. Área de formación in-Company.
“Toda una vida puede cambiar en un segundo y jamás se presiente cuando llega.”
Soy de las que piensa que actualmente la vida nos está dando una excelente oportunidad de recolocarnos, de estimar lo que realmente es importante para cada uno de nosotros. En definitiva, de tomar consciencia de la propia existencia y poder tomar profundas decisiones.
Es ciertos que antes, quizás más de una vez la vida ya nos había puesto en situación de valorar, en individual, el antes y el después.
REFLEXIÓN 1: Mis prioridades
Sin embargo, ahora es diferente, pues es una generación entera la que se lo está cuestionando, la que se ve abocada a crecer en sus niveles de consciencia y desde ese confinamiento, falto de libertades, todos a una, cada uno a su manera, nos estamos interrogando sobre el valor del:
- La expresión del afecto
- La autonomía personal
- El tiempo en toda su extensión
- El compartir la amistad
- El ocio en el exterior
- El consumo exacerbado
- El papel de padres
- Etc…..
Pienso que es un momento excepcional para dejar de lado todo nuestro software social y consumistas, y en calma, dedicar tiempo a reflexionar introspectivamente sobre lo que: ¿Qué es lo realmente importante en mi vida? ¿Cómo quiero vivir? ¿Qué es lo prioritario para mí?
REFLEXIÓN 2: Mis consumos
Pertenecemos a un mundo privilegiado desde nuestro nacimiento, hemos tenido todo, o al menos mucho más que otros, a nuestro alcance, pero ya no podemos disfrutarlo: los bellos parajes, los autos, los lugares de ensueño a donde solíamos acudir, los cosméticos glamurosos, los trajes y complementos caros, los eventos espectaculares… ¿Qué valor tienen ahora, para que te sirven? ¿Qué valor vas a dar a todas estas cosas a partir de ahora? ¿Cómo será tu consumo?
REFLEXIÓN 3: Mi tiempo
Llevamos años corriendo sin parar, sin saber bien a donde vamos, exclamando a todas horas que nos falta tiempo, aprisionados por una prisa insana que nos enfermaba de estrés. En esa celeridad, no descansábamos ni el fin de semana, todo era una tarea y una obligación, por eso siempre estábamos cansados. Ahora el tiempo se detiene, y nuestra queja cambia: ¡me aburro! ¡no sé qué hacer en casa todo el día!
Y es en este confinamiento, que te propongo cuestionarte: ¿A qué realmente quieres dedicar tu tiempo en la vida? ¿Y si no existe un fin específico? ¿Estás disfrutando la vida cómo tu habías imaginado?
REFLEXIÓN 4: Mis afectos
Teníamos abandonados los cariños. Los besos y los abrazos los dábamos sin sentido, de un modo mecanizado. Sin realmente sentir el piel con piel y el corazón con corazón. Todo nuestro mundo de la afección se estaba volviendo frío y demasiado rápido.
Ahora nos ha venido esta nueva época en la que apenas nos podemos besar ni abrazar, y entonces estamos tomando consciencia del enorme poder del tacto, de su cobijo y del enorme goce de sentirlo cuando viene de personas queridas.
Todos estamos deseando sentir de nuevo ese refugio en el que nos sentimos tan en casa, aunque solo sea un minuto, aunque solo sea un segundo.
¿Qué vas a hacer diferente en el mundo de tus afectos, cuando todo esto pase?
REFLEXIÓN 5: Mi comunicación
Ya casi ni hablábamos. Con saber de las personas a través de las redes sociales, parecía que teníamos suficiente sensación de cercanía, y sino para eso estaba el wasap en el que aprendimos a resumir la belleza de un “besos” con “bs” o un emoticono con labios o peor aún la del “te quiero” por un “tq” con corazón, como si no tuviéramos tiempo para pronunciar ya palabras bonitas, de esas que realmente llegaban al corazón y le sanaban.
Hoy nos hemos dado cuenta que todo ese mundo virtual era ficticio, que hacía muchísimo que no dedicábamos verdadero tiempo a las personas, que nos comunicábamos de forma automatizada, que apenas hablábamos más que de los cotidiano, las conversaciones profundas sobre nosotros, sobre nuestros sentimientos y nuestros sueños, las habíamos alejado de nuestro lado.
Es ahora, en esta coyuntura especial que comprendemos que las personas necesitamos tiempo de dedicación, que las relaciones interpersonales requieren de atención, que somos cada uno de nosotros los responsables de construir relaciones sólidas, verdaderas y profundas. El afecto no se negocia ni se compra, se edifica con mimo día a día.
¿Qué vas a cambiar, a partir de ahora, en tu forma de comunicarte? ¿Con quién tienes pendiente una bonita conversación?
REFLEXIÓN 6: Mi familia
Últimamente sólo pensábamos en nosotros mismos, vivimos la vida, aunque en compañía, de modo individual. Nuestras familias estaban un tanto dejadas de lado, no les dábamos el valor que les correspondía. Se compartía como meros compañeros de piso o en exclusividad con la familia nuclear, la familia de origen si recibía una visita cada quince días ya podía darse con un canto en los dientes. Estábamos siendo realmente injustos con nuestros ascendentes y sobre todo muy desagradecidos.
Cada cual que haga su propia reflexión. ¿Qué tiempo de calidad decides dedicar a tus hijos? ¿A tu familia? ¿Qué planes deseas compartir con ellos cuando todo esto termine?
REFLEXIÓN 7: La incertidumbre
Hemos crecido creyendo que la certeza era real, qué teníamos control absoluto de todo lo que ocurría a nuestro alrededor, y así aprendimos a vivir. De la noche a la mañana todo fluctúa, todo se desbarata, ni siquiera podemos saber cómo va a ser el día de mañana, esto nos produce una enorme ansiedad con la que no sabemos lidiar.
Nuestro presente es incierto. La vida es una constante metamorfosis. No podemos saber qué va a ocurrir, ni podemos adelantarnos al tiempo. ¡Qué buena oportunidad se nos brinda para aprender a vivir en el presente, en el aquí y ahora, si lo piensas un poco, ahora y siempre es lo único real!
¿Cómo te sientes viviendo día por día? ¿Qué puedes hacer para despejar estos temores o inseguridades? ¿Qué puedes atender en tu vida que únicamente lo que depende de ti? ¿Qué aspectos quieres controlar que no están en tu ámbito de influencia? ¿Qué más podrías hacer para disfrutar tu momento presente?
Hoy quiero invitarte a recogerte en la calma para poder evaluar como tú estás viviendo lo que está ocurriendo y animarte a pensar qué podemos aprender de todo ello.
Me encantaría que lo pudiéramos compartir: maryam@elmundodelasemociones.com